Milei (1/3)

PESOS Y CONTRAPESOS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Javier Milei, economista liberal, a favor de la economía de mercado, de la libertad individual para producir, ofrecer y vender, y de la propiedad privada de los medios de producción necesarios para poder producir, ofrecer y vender, ganó la presidencia de Argentina, primer paso, de muchos que faltan, para hacer de ese país una economía dinámica (con el mayor crecimiento posible de producción, empleo, ingreso y bienestar), y estable (sin pérdida en el poder adquisitivo del dinero).

El caso de Milei se suma al de Luis Lacalle, presidente de Uruguay, del Partido Nacional, y al de Daniel Nuboa, presidente electo de Ecuador, del Partido Acción Democrática Nacional, partidos de derecha, con mucho de liberalismo, sobre todo en lo económico.

Los tres casos muestran el surgimiento, en América Latina, de movimientos políticos y propuestas de gobierno que rechazan las visiones gubernamentólatras (populistas, fascistas, socialistas, comunistas, etc.), de los Lula (Brasil), los Petro (Colombia), los Boric (Chile), los López Obrador (México), los Díaz-Canel (Cuba), los Ortega (Nicaragua), los Arce Catacora (Bolivia), estando a favor, en mayor o menor grado (aunque en esto no debe haber grado), de la libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal, los tres pilares del liberalismo.

La primera pregunta que me viene a la mente, antes de dar mi opinión sobre las propuestas económicas de Milei, es ¿cuándo tendremos en México, en una boleta para elección presidencial, un candidato verdaderamente liberal, a favor de la libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal? Por lo pronto, en 2024, no: ni Xóchitl, ni Sheinbaum, ni García, lo son, por más que puedan tener, como de hecho las tienen, algunas ideas y propuestas liberales. Pero entre tener algunas ideas y propuestas liberales, y ser liberal, hay una gran diferencia, no sólo de forma, sino de fondo.

Lo que tuvimos en la etapa neoliberal (1983 – 2018), no fue liberalismo, sino pragmatismo liberalizante, cuyo principal representante fue Carlos Salinas de Gortari (desde la concesión del servicio de banca y crédito a la iniciativa privada, pasando por el Tratado de Libre Comercio, hasta la autonomía del Banco de México), pragmatismo liberalizante que, sobre todo en términos de dinamismo, dejó mucho que desear (el crecimiento promedio anual de la economía, entre 1983 y 2018, fue 2.25 por ciento), situación que empeoró de 2019 a 2024 (años en los que, suponiendo crecimiento del 3.25 y 2.02 por ciento para 2023 y 2024, el crecimiento promedio anual será del 0.90).

No sabemos si los tres casos considerados (Lacalle, Nuboa y Milei), sean el comienzo, en América Latina, de la formación de una corriente generalizada contra la gubernamentolatría, en cualquiera de sus manifestaciones (populista, fascista, socialista, comunista, etc.), y a favor de la libertad individual, la propiedad privada y la responsabilidad personal, los tres pilares del liberalismo, que hoy debe ser, ante todo, propietarismo, defensa de la propiedad privada frente a los gobiernos redistribuidores del ingreso.

Mañana mi opinión sobre la propuesta económica de Milei. 

Continuará.