Arturo Damm Arnal

¿Cómo revertir la tendencia? (1/5)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Durante los tres primeros trimestres del 2023, la economía creció en términos anuales (comparando cada trimestre con el mismo trimestre del año anterior) 3.50%, 3.40% y 3.30%, cada vez menos.

Según los resultados de la encuesta de diciembre sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, levantada por el Banco de México, se estima que en el cuarto trimestre haya crecido 3.28% y la proyección para los próximos ocho trimestres, los cuatro de 2024 y los cuatro de 2025, es la siguiente. Para 2024: 2.81%, 2.66%, 1.95% y 1.93%, cada vez menos. Promedio: 2.34%. Para 2025: 1.93%, 1.81%, 2.16% y 2.28%, ligera recuperación en los dos últimos. Promedio: 2.05%. ¿Cómo revertir esta tendencia hacia un menor crecimiento? Pero sobre todo, ¿por qué?

¿Por qué? En primer lugar porque el problema económico de fondo es la escasez, el hecho de que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis, y una de las condiciones para minimizarla, y maximizar el bienestar (que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se dispone para satisfacer necesidades), es que se produzca y ofrezca lo más posible, y es con la producción de bienes y servicios para el consumo final (esto, para el consumo final, es importante tenerlo en cuenta para entender por qué, pese al crecimiento de las inversiones directas, que se destinan a la producción de bienes y servicios, el crecimiento va a la baja y se espera que siga bajando), el Producto Interno Bruto, PIB, con la que se mide el crecimiento de la economía.

En segundo lugar porque la producción de bienes y servicios, con la que se mide el crecimiento, está relacionada con la creación de empleos, ya que para producir alguien debe trabajar, y con la generación de ingresos, ya que a quien trabaja se le paga, empleos e ingresos de los que depende el bienestar de las personas, sobre todo si ha de ser resultado de la generación personal de ingreso, no de la redistribución gubernamental del mismo, por la que el gobierno le quita a unos para darle a otros. A mayor crecimiento más producción, más empleos, más ingresos, mayor bienestar. Sí: el bienestar depende del crecimiento.

Entendiendo por qué conviene que la economía crezca lo más posible, pasemos a la pregunta de si es posible revertir la tendencia, observada desde el primer trimestre de 2023, y que se espera se mantenga en el futuro inmediato, hacia un menor crecimiento. ¿Es posible? Sí, siempre y cuando se cumplan las condiciones necesarias y suficientes, relacionadas con la siguiente secuencia lógica.

El crecimiento se mide por la producción de bienes y servicios para el consumo final, que depende de las inversiones directas, que se destinan a la producción de bienes y servicios (tanto para el consumo final como para el consumo intermedio, tema al que volveré en la próxima entrega), que dependen de la confianza de los empresarios para invertir directamente, que depende de qué tan segura sea la economía.

A mayor seguridad mayor confianza empresarial, más inversiones directas, más producción de bienes y servicios, y, si estos son para el consumo final, mayor crecimiento de la economía.

¿Cómo anda la confianza empresarial?

Continuará.