Del salario (1/5)

PESOS Y CONTRAPESOS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Mucho, a favor y en contra, se ha dicho de los aumentos al salario mínimo, que en los primeros cinco años de este gobierno, de 2019 a 2023, han sido, comparados con los incrementos otorgados en gobiernos anteriores, considerables. Comentarios a favor: no generan ni desempleo ni presiones inflacionarias. Son un acierto. En contra: sí generan presiones inflacionarias y desempleo. Son un error. ¿De qué lado está la razón?

En 2019 el aumento al salario mínimo fue 16.2 por ciento y alcanzó 102.68 pesos diarios. En 2020 fue 20.00 por ciento y alcanzó 123.22 pesos. En 2021 fue 15.00 por ciento y alcanzó 141.70 pesos. En 2022 fue 22.00 por ciento y alcanzó 172.87 pesos. En 2023 será 20.00 por ciento y alcanzará 207.44 pesos diarios, todo ello tomando en cuenta el salario mínimo que se paga “en el resto del país”, excluyendo el que se paga en la “zona libre de la frontera norte”, en 43 municipios (el 1.76 por ciento del total), de 6 estados (el 18.75 por ciento del total): Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en los cuales el salario mínimo es mayor.

La primera pregunta es si el salario mínimo cumple con lo que debe cumplir, según el artículo 123 constitucional, en el cual leemos que “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.

Para responder supongo una familia de cuatro integrantes (según datos del Inegi el tamaño promedio de las familias en el país es 3.6 personas), y tomo como referencia el precio mensual promedio (zonas rurales y urbanas) por persona, de la canasta básica (alimentaria y no alimentaria), del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social de Desarrollo Social, CONEVAL, que en noviembre pasado fue de 2,942.82 pesos, por lo que, para poder comprar cuatro canastas básicas, una para cada uno de los integrantes de la familia, se necesitaron 11,771.28 pesos. En noviembre el salario mínimo mensual fue de 5,186.10 pesos, el 44.06 por ciento de lo requerido para que el trabajador/jefe de familia satisfaga las necesidades de su familia en los órdenes material, social y cultural, que abarcan muchos más bienes y servicios que los considerados en la canasta básica del Coneval, y sin tomar en cuenta la provisión de la educación obligatoria de los hijos, que, por otro lado, según el artículo 3 constitucional, con relación a la impartida por el Estado, deberá ser, además de universal, inclusiva, pública y laica, gratuita.

El salario mínimo, ¿cumple con lo que, según el artículo 123 constitucional, debe cumplir? No. ¿Resulta inconstitucional?

La segunda pregunta es cuánta gente ocupada gana en México el salario mínimo. Según información proporcionada por el Inegi en los Indicadores de Ocupación y Empleo, correspondientes a octubre, 18,732,162 personas ocupadas, el 32.07 de total de la población ocupada, percibió hasta un salario mínimo, hasta 172.87 pesos diarios. No es verdad, como creen algunos, que ya nadie gana el salario mínimo, y que el mismo es sólo un parámetro para calcular multas, recargos, etc.

La tercera pregunta es si es correcto lo que, respecto al salario mínimo, se dice en el artículo 123 constitucional, respuesta que dejo para la próxima entrega.

Continuará.