Arturo Damm Arnal

¿Cómo superar la incapacidad?

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En el segundo trimestre el 38.3 por ciento de los trabajadores mexicanos se encontró en condición de pobreza laboral, incapaces de generar ingreso suficiente para comprar la canasta básica alimentaria, según los datos del reporte del CONEVAL sobre pobreza laboral, misma que es una vergüenza.

Si definimos a la pobreza como la incapacidad para, gracias al trabajo propio, generar ingreso suficiente para satisfacer las necesidades básicas, mientras no se supere esa incapacidad, por más que se alivien sus efectos, la insuficiente disposición de bienes y servicios para satisfacer las necesidades básicas, seguirá habiendo pobreza. ¿Qué se requiere para superarla? Que aumente la productividad del trabajador, para lo cual se necesita más y mejor capital humano, y que la demanda de trabajo de parte de los empleadores sea mayor que la oferta de trabajo de parte de los trabajadores, para lo cual se necesitan más y mejores inversiones directas.

El aumento en la productividad del trabajador, productividad que es la capacidad para, en el peor de lo casos, hacer lo mismo con menos o, en el mejor, hacer más con menos, es condición necesaria, más no suficiente, para que aumenten los salarios, mismos que, si hay un aumento en la productividad aumentarán, no automáticamente, sino por decisión del empleador, lo cual dependerá de la otra variable que los determina, la relación oferta y demanda de cada tipo de trabajo en su mercado laboral.

¿Qué se requiere para que el trabajador se vuelva más productivo? Que adquiera más y mejor capital humano, los conocimientos, habilidades y actitudes que permiten trabajar de manera más productiva, más y mejor capital humano que se adquiere por medios que van, desde formación escolarizada, hasta formación laboral, siendo ésta la más eficaz (la práctica, no tanto el estudio, hace al maestro).

Pero no basta con el aumento en la productividad del trabajador para que aumente su salario, condición necesaria pero no suficiente. Además se necesita que la demanda de trabajo de parte de los empleadores sea mayor que su oferta de parte de los trabajadores (ley de la oferta y la demanda), para lo cual se requiere un flujo constante, en el peor de los casos, o creciente, en el mejor, de inversiones directas, destinadas a producir bienes y servicios, a crear empleos, puesto que para producir alguien debe trabajar, y a generar ingresos, puesto que a quien trabaja se la paga por hacerlo, inversiones directas que dependen de qué tan segura y confiable sea la economía para, precisamente, invertir de manera directa en ella y producir bienes y servicios, crear empleos y generar ingresos.

Es una vergüenza que el 38.3 por ciento de los trabajadores mexicanos padezca de pobreza laboral, de la incapacidad para generar un ingreso suficiente que les permita comprar la canasta básica alimentaria, porque a estas alturas del partido (de la historia de la humanidad), la teoría económica demuestra lógicamente, y la historia económica muestra empíricamente, lo que se debe hacer para superar la incapacidad de los pobres para generar ingresos suficientes y poder satisfacer, de manera autónoma, gracias al trabajo propio, no a las dádivas del gobierno, sus necesidades.

En México, ¿vamos por el camino correcto, y a buen paso, para para superar la incapacidad?