¿Complemento canadiense a la reforma judicial?

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bernardo Bolaños
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La ministra Lenia Batres propone inspirarse del control mixto de constitucionalidad de Canadá para complementar la reforma judicial en México. Es importante conocer el contexto que dio origen a ese sistema. Hasta 1982, las modificaciones a la Constitución de Canadá requerían la aprobación del parlamento británico.

Apenas en ese año nuestros socios más al norte obtuvieron soberanía plena, pero a cambio se introdujo la Sección 33 en la Carta de Derechos y Libertades de Canadá, conocida como la “cláusula de no obstante”, permitiendo a las legislaturas federal y provinciales anular temporalmente ciertos derechos fundamentales. Del colonialismo externo al interno.

La “cláusula de no obstante” permite al parlamento y a las legislaturas provinciales anular protecciones de derechos fundamentales por un periodo de hasta cinco años. Esta disposición ha sido utilizada en varias ocasiones para mantener leyes que infringen los derechos de minorías oprimidas, demostrando su potencial para permitir continuar el sistema colonial internamente. En América Latina, donde los derechos de las minorías a menudo ya están en una posición vulnerable, adoptar un sistema que incluye una herramienta tan arbitraria y peligrosa sería un manotazo de ultraderecha.

Durante mi año sabático en la Universidad de Toronto pude constatar la opresión que el sistema pre y post 1982 ha tolerado contra las primeras naciones de ese país. Un ejemplo devastador es el de las escuelas residenciales para indígenas, que operaron desde 1879 hasta 1986. Bajo dicho sistema, miles de niños indígenas fueron separados de sus familias, forzados a abandonar su cultura y lengua, y sometidos a abusos físicos, emocionales y sexuales. Este genocidio cultural fue posible debido al sistema colonial y luego al sistema de control constitucional que no pudo, o no quiso, detener estas atrocidades. Todavía en 2023 un indígena canadiense de la nación Dene me contó de los abusos recientes de la policía montada cuando ellos osan protestar, por ejemplo, contra las mineras en sus territorios.

El control mixto de constitucionalidad canadiense combina elementos de revisión judicial fuerte y débil, resultando en una deferencia considerable hacia las decisiones legislativas. En teoría, esto busca balancear la protección de los derechos individuales con la soberanía legislativa. En la práctica, sin embargo, ha significado que los tribunales canadienses permitan que leyes que violan derechos fundamentales, sigan vigentes si los legisladores pueden justificar que persiguen un objetivo válido. Esta deferencia ha sido utilizada por los premieres populistas de las provincias, como Ford en Ontario y Legault en Quebec. Son un dolor de cabeza para el Gobierno federal canadiense y lo serían también en México para Sheinbaum.

Las críticas al sistema canadiense también señalan su incapacidad para proteger derechos económicos y sociales. La Carta canadiense se centra principalmente en derechos civiles y políticos, dejando un vacío significativo en la protección de otros derechos fundamentales.