Bernardo Bolaños

¿Y el Programa Especial de Cambio Climático?

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bernardo Bolaños 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El 6 de agosto de 2020 parecía un día importantísimo para México por la presentación del Programa Especial de Cambio Climático (PECC), destinado a alcanzar las metas del Acuerdo de París. La reunión de la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, en modalidad virtual, fue encabezada por el Dr. Víctor Manuel Toledo, entonces secretario de Medio Ambiente.

Se explicó que el programa incluía 171 acciones puntuales a las que se habían comprometido 14 secretarías del Gobierno federal, además de otros 14 organismos públicos.

El documento fue aprobado... ¡pero nunca se publicó! Ello viola la Ley General de Cambio Climático. ¿Qué se teme? ¿Ese instrumento de planeación no está a la altura de lo que el mundo espera de México o, al contrario, es una vara demasiado alta para lo que, en la realidad, hace el Gobierno?

Es extraño que no se aproveche este documento para respaldar lo que el Presidente repite con frecuencia: que el programa Sembrando Vida es supuestamente la operación de reforestación más importante en el mundo, que ni las grandes potencias, “cuyos líderes hablan día y noche del cambio climático, invierten 1,300 millones de dólares anuales en la materia, como México”.

La reforestación sí contribuye a la mitigación del calentamiento del planeta. El CO2 es alimento para los bosques, que lo sacan de la atmósfera y lo capturan en la madera o depositan en el suelo. Un árbol de 40 años ha absorbido ¡una tonelada de CO2! Pero la estrategia de sembrar millones de especímenes frutales y maderables tiene límites. Uno de los grandes hallazgos del reciente 6º informe del IPCC es que los océanos y la flora mundial absorben 56% de las 40 mil millones de toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera cada año, pero que ese servicio climático que nos brindan se irá reduciendo con el aumento de las emisiones. Los niveles de este gas en la atmósfera son los más altos de los últimos dos millones de años; los mares y los bosques ya no se dan abasto.

Por otro lado, reforestar requiere grandes cantidades de agua, lo que puede alterar el ciclo del agua en algunas regiones.

La explicación de por qué no se publica el PECC parece clara. Sembrando Vida apenas está mencionado dos veces en la versión aprobada del programa, como una más de 171 acciones. Y no se detalla su contribución, apenas su carácter transversal (pues es operado por la Secretaría de Bienestar, no por Medio Ambiente). Pero está ausente toda proyección de su capacidad de captura de carbono. Menos todavía se menciona su eventual contribución a la biodiversidad (prueba de que, en realidad, no existe; por ejemplo, la desaparición de ardillas voladoras y conejos teporingos de los bosques de pino-encino del centro de México no se revierte sembrando pinos y encinos “maderables”, pues los naturalistas han descubierto que ese tipo de fauna amenazada necesita bosque maduro, árboles centenarios, para sobrevivir).

De cara a la próxima cumbre climática en Glasgow, a finales de octubre, debe publicarse ya el PECC.