Una amenaza que se cumple

BAJO SOSPECHA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Salman Rushdie, uno de los escritores más reconocidos a nivel mundial, fue atacado minutos antes de empezar una plática en la Institución Chautauqua, un espacio dedicado al aprendizaje y reflexión, en Nueva York, Estados Unidos.

Rushdie Baja la guardia tras 33 años de la fatwa

Hadi Matar, acusado de apuñalar a Rushdie en Nueva York, se declaró inocente de los cargos de agresión e intento de asesinato en lo que un fiscal calificó de crimen “planificado”.
Hadi Matar, acusado de apuñalar a Rushdie en Nueva York, se declaró inocente de los cargos de agresión e intento de asesinato en lo que un fiscal calificó de crimen “planificado”.Foto: AP

Un joven de 24 años, Hadi Matar, saltó al escenario y con una navaja lo picó 10 veces.

Las personas presentes para escuchar la plática no podían creer el ataque, y lo socorrieron, el escritor llegó al hospital, fue puesto en un ventilador y aunque su situación es crítica, se ha logrado recuperar lentamente.

Su agente dijo ayer por la mañana que a Rushdie ya le habían retirado el ventilador.

Su situación ha mejorado un poco, no deja de ser crítica. El escritor se sometió a una operación de horas el día del ataque, podría perder un ojo y su hígado y brazo están lastimados, pero ya ha podido decir unas pocas palabras.

Rushdie había sido amenazado de muerte luego de que el ayatola Ruhollah Jomeini, líder político-espiritual de la Revolución islámica, anunció el 14 de febrero de 1989, a través de la radio pública, una fatwa, o edicto, pidiendo su muerte, para ello ofreció una recompensa de tres millones de dólares. Un decreto que, en 2019, fue refrendado por el actual ayatola, Alí Jamenei.

El motivo fue su obra más controvertida Los Versos Satánicos, prohibida desde 1988 en Irán, la India, Pakistán, Egipto, Arabia Saudí y Sudáfrica, ya que muchos musulmanes la consideran una blasfemia.

Durante años, Rushdie vivió escondido sabiendo que en cualquier momento lo podían matar. En los últimos años había relajado su seguridad, es más el día del evento no había gran seguridad ni detector de metales para entrar al auditorio.

Rushdie es un gran escritor, pero también un maestro excepcional, da clases de literatura en la Universidad de Nueva York. En la aplicación de Master Class hay conferencias impartidas por Salman Rushdie. Hace poco vi la de cómo escribir y contar historias. Habla de la disciplina que se debe tener, pero también cómo utilizar tu imaginación para pensarte contándole una historia a un amigo. “Cuando hablas con alguien que conoces puedes ser más relajado, pero también interesante, porque pueden pararse e irse, así se empieza a escribir”.

Y durante años Rushdie nos ha contado historias, desde la clandestinidad, pero también ya en la calle.

El escritor acaba de cumplir 75 años. Desde la amenaza en su contra pasó 13 años recluido. Cambiaba cada dos o tres días de domicilio, esquivó en lo posible el contacto con sus dos hijos y su segunda mujer. Vivía rodeado de guardaespaldas bajo el sistema de seguridad dirigido por Scotland Yard, viajando de noche, cambiando de identidad y disfrazándose.

Pero Rushdie no era un crítico de esta religión sin conocimiento de causa, nació en 1947 en Bombay británico, Rushdie creció en una acomodada familia de cachemires de cultura musulmana, aunque su padre, Anis Ahmed Rushdie, un hombre de negocios que había estudiado en Cambridge, no era creyente. Su madre, Negin Butt, era maestra. En su hogar se hablaba tanto inglés, la principal lengua de cultura de la joven nación india, como urdu.

Estudió en el King’s College de la Universidad de Cambridge, donde obtuvo la maestría en historia en 1968, especializándose en temas islámicos.

Tras su persecución, escogió Nueva York para volver a una vida libre, o por lo menos eso pensó.

En una entrevista en 2015, Rushdie dice: “En Nueva York comenzó todo de nuevo: sentía el apoyo incondicional de mis amigos. Allí tuve la suerte de conocer a una mujer de la que me enamoré y con la que tuve un hijo en ese tiempo. Me ofrece la posibilidad de escribir. La posibilidad de conocer Estados Unidos, de poder estar sin escolta y tomar decisiones por mí mismo. Allí comencé a recuperar mi libertad. Al principio durante una semana o 10 días. Después durante dos o tres meses... Fueron momentos muy emocionantes.”

Pero a 33 años de esa amenaza, Rushdie bajó la guardia. El agresor de nombre Hadi Matar permanece en prisión acusado de intento de asesinato y agresión, mientras que la policía del estado de Nueva York y agentes federales investigan los motivos que desataron este ataque, esperan realizar un allanamiento en la casa del agresor para revisar, entre otras cosas, una mochila y dispositivos electrónicos.

Hasta el momento, creen que actuó solo, pero entre sus cosas encontraron una licencia falsa a nombre de Hassan Mughnyah, el mismo apellido del líder militar del chií Hezbollah asesinado por el Mossad en 2008.

Matar nació en California, residente en Fairview, Nueva Jersey, simpatiza con el gobierno iraní y el Pasdaran, cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, una rama de las Fuerzas Armadas iraníes.

Por ello, se cree que buscaba llevar a cabo la fatwa. Como decíamos, el libro de Rushdie hace referencia a un grupo de versículos del Corán que llevan el mismo nombre, se refieren a tres diosas preislámicas de La Meca: Allāt, Uzza y Manāt y son palabras de supuesta “inspiración satánica” que Mahoma confundió con una revelación divina.

Es una reflexión que mezcla la ficción con la reflexión filosófica y el sentido del humor, de lo que a lo largo de su vida logró entender y develar sobre esta religión, que sin lugar a duda cuenta con un mosaico de culturas como ninguna otra.

Y las amenazas eran reales, uno de los traductores de la novela fue asesinado por fanáticos del islam, y la mayor parte de las editoriales que publicaron el libro ocultaron su nombre de la portada por temor a sufrir atentados terroristas.

Ahora se cumple esta fatwa y el intento de asesinato de Rushdie lo dejó gravemente herido, pero poco a poco se recupera.