Bibiana Belsasso

El ERI le declara la guerra a AMLO

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
Por:

Desde hace décadas los habitantes y autoridades de municipios en Chiapas han intentado establecer convenios para usar las tierras en zonas comunes. Las disputas son intensas, se encuentran distintos grupos armados en toda la zona.

Hoy se intensifica nuevamente. Son disputas por las tierras en los límites entre Chalchihuitán y Chenalhó. Grupos de poder, armados, algunos vinculados con grupos delincuenciales, han intentado desplazar a los indígenas de sus tierras, y lo están logrando.

En estos días la violencia se ha acrecentado. Miles de indígenas tzotziles han sido desplazados por grupos armados que operan desde Chenalhó, al mismo tiempo que ha nacido un grupo guerrillero con orígenes de restos del EPR y disidentes del EZLN.

Esta tragedia podría bañar de sangre varias comunidades indígenas de la zona.

La historia tiene años. En 1973, la entonces Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) estableció una división geográfica sin respetar los acuerdos comunitarios. Entonces empezó el conflicto. En 1975 el Tribunal Agrario entregó las 900 hectáreas a Chalchihuitán pero las autoridades vecinas nunca estuvieron de acuerdo.

Finalmente, para terminar con el conflicto, se llegó a un acuerdo: que el Gobierno de Chiapas indemnizaría a los afectados, pero eso nunca se cumplió.

El entonces Gobierno estatal se negó a pagar esa cantidad a Chenalhó. El uso de ese terreno quedó en el limbo a la espera de una resolución judicial que sigue pendiente, desde entonces el conflicto se profundizó.

Pasaron los años. Autoridades de Chalchihuitán advirtieron que tomarían la justicia por su propia mano para recuperar las tierras, y dijeron lo mismo en Chenalhó.

Grupos armados han quemado casas y cortado caminos entre las comunidades vecinas.

Desde ese entonces, miles de personas han tenido que abandonar sus tierras, las que siembran, las que trabajan y de las que viven.

Si ya de por sí la pobreza en esa zona del país es desgarradora, con estos desplazamientos lo es aún más.

Y es que los tzotziles de Aldama ya pusieron un ultimátum: “Si los grupos armados de corte paramilitar no se detienen en agredirnos con armas de fuego, nos obligan a defendernos”.

Tan sólo en lo que va de este mes, las agresiones por grupos paramilitares de Santa Martha Chenalhó se han intensificado. Pobladores señalan que el fin de semana del viernes 14 de agosto sufrieron al menos 26 ataques en 4 comunidades del municipio de Aldama, en la zona de Los Altos de Chiapas.

A través de un comunicado fechado el 20 de agosto, La voz del pueblo de Magdalena Aldama denunció los constantes ataques que reciben por los grupos civiles armados, paramilitares. “Estos grupos han estado operando libremente desde el año de 1997 de la masacre de Acteal. Hoy en día siguen activos el paramilitarismo de Chenalhó y la contrainsurgencia de las resistencias y rebeldías de los pueblos originarios de Chiapas y de México, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Congreso Nacional Indígena, que luchan por la vida”.

¿Nuevo levantamiento?

El pasado 17 de agosto se difundió en redes sociales un comunicado y fotos de un supuesto grupo insurgente autodenominado ERI, en Chiapas, que le "declaró la guerra" al Gobierno como hizo el EZLN en 1994.
El pasado 17 de agosto se difundió en redes sociales un comunicado y fotos de un supuesto grupo insurgente autodenominado ERI, en Chiapas, que le "declaró la guerra" al Gobierno como hizo el EZLN en 1994.Foto: Especial

Los habitantes de Aldama han denunciado el despojo de sus tierras y territorios, así como agresiones armadas por grupos paramilitares de Santa Martha.

En su comunicado, presentan un recuento de los ataques desde Chenalhó, en el contexto de la disputa por 60 hectáreas. Esto sólo es en la zona de Aldama. En realidad son cientos de hectáreas más que están en disputa en otras comunidades.

Incluso, denunciaron ataques a los pobladores de la comunidad de Yeton, a tan sólo 18 días de haberse firmado un acuerdo de no agresión, al tiempo que salió a la luz pública el grupo paramilitar de Santa Martha, el cual habría despojado de sus armas a la Policía Estatal Preventiva.

A través de un video, este grupo armado advirtió que el conflicto agrario-territorial no se solucionará por la vía negociada ya que, aseguran, ellos también han sido agredidos: “Que no se soluciona por vía política, sino que se soluciona por vía legal, justicia y equidad, ya que, el día de ayer hubo balacera de Aldama a Santa Martha, y hubo un herido y hubo un muerto por el impacto de bala y murió; con este fallecido se suma a 20 muertos al 18 de agosto de 2020”.

Es por eso por lo que, ante las constantes agresiones, La voz del pueblo de Magdalena Aldama advirtió que “llegó el tiempo de decir hasta aquí; ya toleramos mucho, ya aguantamos mucho. Porque nosotros no somos los agresores, pero ya nos cansamos de tanta agresión de los grupos paramilitares. Nosotros no somos los invasores”.

Pero lo cierto es que, desde años antes del levantamiento armado del EZLN, Chiapas ya era el escenario de episodios de desplazamiento forzado y de conflictos por estas tierras.

En 2017 la Organización de las Naciones Unidas detalló que el conflicto entre las comunidades de Chenalhó y Chalchihuitán, derivado de una disputa territorial, provocó el desplazamiento de al menos 5 mil indígenas de Chalchihuitán, la mayoría de ellos perdió su patrimonio.

Mientras todo esto ocurre, un nuevo grupo guerrillero, autodenominado Ejército Revolucionario Indígena (ERI), se autoproclamó en las montañas de Ocosingo.

A través de un comunicado que denominaron “La Primera Declaración de Guerra del Ejército Revolucionario Indígena”, le exigen al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador el retiro de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano de los tramos carreteros Ocosingo-San Cristóbal de las Casas y Crucero Petul-ton, debido a que consideran que han creado un clima de inseguridad en los pueblos y comunidades indígenas.

El ERI se rige con mandos políticos-militares que encabezarán una milicia y política más fortalecida y consolidada en el manejo de sus propios recursos naturales, manifestaron.

Se pronunciaron en contra del T-MEC, así como de los acuerdos trasnacionales neoliberales para el saqueo de los recursos naturales en Chiapas, principalmente de los yacimientos de petróleo, uranio, titanio y rocas fosfóricas.

Además, anunciaron que expulsarán de las comunidades indígenas los programas sociales de López Obrador, ya que no aportan ningún beneficio en los pueblos y comunidades.

Según el ERI, no permitirán Gobiernos institucionales, sólo el Consejo Plural y Étnico de Autogobierno Indígena, que gobernará de acuerdo con usos y costumbres, por lo que pronto darán a conocer la ubicación en las sedes de autogobierno comunitario indígena.

De igual forma, instalarán casetas de control y vigilancia indígena en el tramo carretero Ocosingo-San Cristóbal de las Casas y viceversa.

Hay que estar muy atentos a este tema; sin duda, se puede convertir en un verdadero dolor de cabeza para el actual Gobierno federal, como en su momento lo fue el levantamiento del EZLN para el de Carlos Salinas de Gortari.