Bibiana Belsasso

“Para saber si tu hijo se droga, hay que ver su aislamiento”

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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“Estamos destrozando emocionalmente a muchos de nuestros hijos, los estamos haciendo pedazos, y no solamente por el maltrato, que es la línea más visible y que se da en muchos casos, pero dejar a tu hijo que haga lo que se le dé la gana, es maltrato.

“¿Por qué? Porque al que no educan en su casa, lo educan o en la calle o en la cárcel, eso se lo digo a los chicos: ‘a ti no te educaron en tu casa, entonces te educarán en todos lados, en la cárcel, en la calle, y a las buenas y a las malas y ni modo, te vas a tener que aguantar mijo, porque lo que te aguantan en tu casa no te lo van a aguantar en la calle’.

“Y hoy, yo creo que uno de los retos importantes que tenemos escuela, papás, gobiernos, todos tenemos un reto, que es presentar un programa de desarrollo y proyecto a futuro que desarrolle las capacidades intelectuales, físicas y espirituales de nuestros hijos. Un proyecto a futuro, eso es un reto de nación y es un sistema preventivo, y es el único que va a funcionar”.

Esto me dijo Benjamín Córdova, especialista en prevención de adicciones, en una larga charla que tuvimos sobre el cuidado y el riesgo que enfrentan nuestros hijos en este momento tan crítico. Hoy, los chavos están expuestos a muchos riesgos. Desde empezar a consumir drogas, hasta caer con engaños en grupos criminales.

BB: ¿Cómo estos grupos criminales agarran a los chavos?

BC: Básicamente se aproximan por promesas, esta seducción por promesas que no hay en sus comunidades, por eso es que la vulnerabilidad social, la injusticia social favorece muchísimo que se capte a los chicos, porque si te ofrece alguien de pronto, de la nada, cuatro mil pesos o cinco mil pesos a la semana por hacer un trabajo de vigilancia, y te dicen: “mira, tú vas a ser un guardia de seguridad y te vamos a formar y te vamos a llevar”, guau, obviamente los chicos se deslumbran.

BB: La propuesta la manejan como legal y aspiracional.

BC: Ellos no se presentan como lo que son. Les dicen: “¿quieres ser sicario y matar gente”; responderían: “no, muchas gracias”, ¿no? Pero si te llegan por el tema de la necesidad de una chamba y una chamba legal, además, como vigilante, que además es una forma muy atractiva de acercarte a chicos varones de ciertas edades y captarlos, llevártelos, secuestrarlos. Los engañan y no los vuelven a ver sus familias.

Benjamín Córdova (der.) con integrantes de la organización Qohélet.
Benjamín Córdova (der.) con integrantes de la organización Qohélet.Foto: Especial

BB: Niños y adolescentes que no necesariamente quieren entrar al crimen.

BC: Por supuesto que no quieren, me ha tocado ver tristemente cómo chicos con un gran futuro, porque son buenos, porque son de familias humildes, pero con una visión de progreso, que quieren salir adelante y que quieren estudiar y de pronto, se acaba su vida.

BB: ¿Qué se puede hacer para que estos chavos no se dejen engañar?

BC: Lo primero es que son chicos que no tienen proyecto de vida, cuidado, así de fácil, porque cuando tienes un proyecto de vida, cuando sabes hacia dónde vas, es más difícil o pones mayor resistencia, porque estás planeando a futuro, estás yendo hacia adelante. Cuando los chicos dejan de estudiar, cuando ya no tienen aspiraciones, pues algo está pasando y eso es un síntoma, pero del otro lado también es un síntoma, cuando no ofrecemos proyectos de vida, o sea, hay dos vertientes: cuando el chico rechaza los proyectos, pero otra es cuando no hay proyectos de vida.

BB: Una vez que los engañan, ya no pueden salir de ahí.

BC: Claro, es una organización, y es como si una empresa que hace, no sé, pasteles, y tiene una receta secreta, se sale alguien, le hacen firmar un contrato de confidencialidad, ¿no?, bueno, pues aquí la confidencialidad se paga con la vida.

Básicamente se aproximan por promesas, esta seducción por promesas que no hay en sus comunidades, por eso es que la vulnerabilidad social, la injusticia social favorece muchísimo que se capte a los chicos

BB: Háblame de adicciones.

BC: Las estadísticas que nosotros manejamos desde hace años, tengo 30 años dedicado a esto, en esas estadísticas en la actualidad el 85 por ciento de los consumidores en los reclusorios, que es donde tenemos un segmento que podemos estudiar, inició por marihuana, eso ya nos dice qué nos va tendiendo la cama para preparar otras cosas, entonces hoy hay un mito que “estas drogas hacen mucho daño y éstas no hacen tanto daño”, entonces lo primero que hay que saber es que son distintos tipos de daños, son distintos tipos de aproximación. La marihuana es una droga que nosotros le llamamos de aproximación, es tu contacto, es tu puerta, es la ventana por donde se van a ir colando otras cosas. Hay un boom del género femenino que salió a consumir…

BB: ¿Qué drogas son las más consumidas?

BC: Últimamente hay un serio problema con el fentanilo, porque el fentanilo es la base para construir un montón de drogas sintéticas, que son un verdadero dolor de cabeza, porque cuesta mucho trabajo detectarlo, es muy fácil el trasiego, con pequeñas cantidades puedes hacer un millón de dosis.

BB: ¿Qué tanto tenemos un problema de fentanilo aquí en México?

BC: Todavía no es un tema, vamos, no lo quiero minimizar, porque que no sea un problema ahorita no significa que no va a ser un problema después. El problema es que no debemos pensar de forma inmediata. Es un problema en Canadá, Estados Unidos, llega hasta Europa, y será un problema en México.

BB: Producida por narcos mexicanos.

BC: El problema con el fentanilo es que es durísima su adicción. Es prácticamente inmediata, ése es el tema, un enganche rapidísimo. La degradación que tiene el ser humano, el cuerpo, el cerebro, es terrible.

BB: Lo que está sucediendo en Estados Unidos es que están mezclando fentanilo con cocaína, fentanilo con otras drogas.

BC: Es que ése es el tema del fentanilo. Las metanfetaminas, nuevamente, son mezclas, y ahorita hay mezclas, el problema es que no son nuevas, o sea, hoy las drogas lo que tenemos es su pureza, la forma en que la preparan, pero prácticamente desde la guerra de Vietnam hasta la actualidad son así. En México, el consumo de cocaína es altísimo, va al alza, por supuesto marihuana, está suplantando incluso al alcohol, que además también tiene problemas para detectarse, por ejemplo, en maquinarias, automóviles y demás, también es un problema, nada más que ahora no se detecta; hay un alcoholímetro, pero no un “marihuanómetro”; entonces muchas veces en los accidentes que hay actualmente, no sabemos exactamente qué pasó, bueno, ése es un tema, que son las drogas más al alza, y por supuesto, las sintéticas; éxtasis, cristal, son drogas que si no es que están, digamos, al alcance, no es fácil acceder a cristal o a fentanilo o a metanfetaminas, no es así tan fácil, pero cada vez el sistema de protección de fronteras en Estados Unidos, las detecciones entre fronteras nos deja un margen, aquí en México, que se queda mucha droga aquí. Y esta droga la venden o la regalan para enganchar.

BB: ¿Cómo detectar si tu hijo está consumiendo?

BC: Lo que es más fácil para detectar es el aislamiento de los jóvenes del entorno afectivo, eso sí lo podemos detectar fácilmente. ¿Por qué? Porque los papás conocen a sus hijos, más allá de la pupila dilatada, más allá de los síntomas. A veces queremos ver los efectos de la droga o del adicto como si fuera un catarro, ¿no? ‘¿Cuáles son los síntomas que tienes?’, no, cuando ya está así es porque ya el chico lleva consumiendo por lo menos un año, o sea, ya cuando tú, papá, ves a tu hijo o a tu hija en ese estado y lo puedes detectar físicamente es porque sabes que ya le está "valiendo gorro" que lo veas, y cuando ya le está "valiendo gorro" que lo veas es porque es, si no tarde, por lo menos ya no llegaste temprano. Más allá de lo físico es lo emocional. Platica, expresa, hay canales de diálogo, son monólogos, ‘tú te sientas, yo te digo y tú te callas’, ¿no?, cuando debería ser al revés, ‘yo me siento, yo me callo y te escucho qué es lo que tienes que decir’, y entonces esos canales de comunicación son básicos. Es algo que yo les digo a los papás: “papá, mamá, mantén el canal de comunicación, aunque tu hijo esté haciendo locuras, no cierres el canal de comunicación”.