Bibiana Belsasso

Huir del crimen

MUY PERSONAL

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
Por:

Victoria Eugenia Henao, Tata, María Isabel, con todos estos nombres es conocida la exesposa y madre de los hijos del narcotraficante colombiano Pablo Escobar.

Tata enfrentó durante años, violencia física y psicológica, por parte de su exmarido, y por parte de los enemigos de Pablo. Durante años aceptó esa violencia como parte de su vida, como algo normal.

El mundo criminal en México ha cambiado, más de 50% de las mujeres que trabaja en la delincuencia lo hace meramente por razones económicas; la otra, sigue siendo de mujeres que sus parejas o padres las han utilizado en el negocio y sufren violencia física y psicológica de manera brutal.

Mujeres que han estado ligadas a personajes del crimen organizado, ahora que están deteniendo a tantos, que hay tanta violencia, también ha sido muy difícil poder salir de esa vida, porque estas mujeres o sienten que tienen que pertenecer al crimen organizado o son amenazadas.

El confinamiento por la pandemia ha incrementado también la violencia intrafamiliar.

Platicamos con Tata y nos comparte cómo está trabajando ella, para ayudar a fortalecer a las mujeres.

VICTORIA EUGENIA HENAO: Yo quiero empezar por el principio, a mí me costó 25 años ponerme de pie y tener el coraje para poder recuperar mi voz y estar conversando hoy con muchas mujeres en el mundo a partir de escribir mis memorias.

Yo viví violencia psicológica porque realmente en esa época confundí todo este tema de la violencia de género con el tema de los mandatos familiares y los mandatos de la Iglesia, en los que a mí me dijeron que había que acompañar a tu marido en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza y en la adversidad, entonces, yo sentía que estaba cumpliendo con el mandato.

BB: ¿Qué tenemos que hacer para salir adelante?

VEH: Yo creo mucho en la fuerza de la tribu, en la fuerza de la mamá, de las mujeres, de cómo ayudarnos, cómo pedir ayuda entre nosotras mismas. Y luego empezarnos a apoyar en las diferentes fundaciones que hay en el mundo de hoy, pedir ayuda a los organismos de seguridad del Estado que también están tomando más conciencia y apoyando más a la mujer, no dejándola tan sola. Estoy haciendo acá un trabajo de investigación con mujeres que terminan en los refugios, o sea, literalmente escondidas con sus hijos, desaparecidas del marido que las busca por todas partes, muertas de miedo de no perder su vida o de que sus hijos no pierdan la vida.

BB: Tata, ¿lo más importante es darte cuenta que estás viviendo en un hogar con violencia?

VEH: Hasta hace poco moría una mujer cada 26 horas, ahora están muriendo dos mujeres por día en Argentina.

Recuerda su encierro

El miércoles 12 de agosto de 10:00 a 11:00 horas, Tata los invita a una charla con Mujeres Sin Límites. Será sobre lo que vivió y el desarrollo de habilidades que adquirió a través del tiempo para salir de esta situación tan dramática en www.everbrite.es/
El miércoles 12 de agosto de 10:00 a 11:00 horas, Tata los invita a una charla con Mujeres Sin Límites. Será sobre lo que vivió y el desarrollo de habilidades que adquirió a través del tiempo para salir de esta situación tan dramática en www.everbrite.es/

BB: En México son diez.

VEH: No podemos ser indiferentes a eso, yo quisiera traer una anécdota Bibiana, justamente ayer trabajando con mi libro empiezo a recordar en qué momento de mi vida apareció la violencia de género y recuerdo que tenía 8 años en el barrio La Paz, en Envigado, Colombia, y había una señora que vivía con un militar, casualmente se llamaba Victoria como yo, y la señora gritaba, gritaba todas las noches por los maltratos y las golpizas que le daba esta persona. Y recuerdo que nadie en el barrio podía hacer nada, o sea, todas las casas y todas las señoras o vecinas que vivían donde mi madre estaban horrorizadas de escuchar los gritos de esta mujer y la verdad que estoy haciendo una reflexión con esto, o sea, en qué mundo estábamos o cuál era la conciencia de los adultos de ver cómo estaban atropellando a una mujer enfrente de los ojos de todos y todo mundo paralizado. Entonces, bueno, esa parálisis que yo también la viví y que fue producto de violencia de género, yo no tenía la conciencia, pero con estos especialistas que me vienen mostrando cómo yo fui violentada.

Yo guardé el secreto de mi primer aborto a los 14 años, entonces yo no sabía qué era una relación sexual y que podías quedar embarazada. Hay que tomar también conciencia de nosotros como madres con los adolescentes, de poder abrir nuestros corazones con ellos y abrir un espacio de confianza.

BB: Tata, a ti te tardó 25 años poder alzar la voz y poderte dar cuenta que eras víctima de esta violencia, ¿qué tienen que hacer las mujeres ahora para darse cuenta antes, para salir de esa violencia, para entender lo que les está pasando y superarlo?

VEH: Pedir ayuda, o sea, levantar la mano y decir a mí me pasa esto, qué hago con lo que me pasa, tomar conciencia de que cuando una persona te empieza a gritar y te empieza a empujar y te empieza a maltratar es violencia de género y que tenemos que quitarnos la venda de los ojos, porque nosotros idealizamos a nuestras parejas y es una locura en la que terminamos metiéndonos en una relación creyendo que es amor y creyendo que es amor también por los hijos y no es así.

BB: ¿Cómo te empoderas?

VEH: Te empoderas leyendo, te empoderas generando tu propio proyecto, dándote cuenta que eres una mujer que tienes habilidades para desarrollar en un trabajo, que tengas independencia absoluta y eso te hace ser más capaz, más habilidosa. Puedes hablarle mejor a tus hijos y no sentir tanto miedo, porque hay muchas mujeres que permanecen al lado de su marido por miedo, no tienen cómo traer el mercado a su casa. Entonces, cuando tú puedes desarrollar la habilidad de que puedes trabajar, de que puedes llevar dinero a tu casa y ayudarle a tus hijos empieza una conversación diferente.

Las mujeres violentadas tienen que saber que van a transitar un momento de mucho dolor e incertidumbre y que aprendan a abrazar la incertidumbre, que no es tener nada claro ni saber qué va a pasar al día siguiente, ni a la semana siguiente, pero tener la fuerza, la convicción y la fe de que van a encontrar un horizonte y que después del laberinto van a encontrar una salida.

Para salir de esa ceguera que las tiene ahí, porque siempre estamos esperando que la semana siguiente o que la otra la persona cambie. A mí me llevó una década este proceso sin poderme mover en Colombia, paralizada. Pablo vivió corriendo por todas partes y yo sufriendo atentados terroristas, sus enemigos me buscaban a mí y a mis hijos para matarnos, entonces, son como oportunidades que te da Dios, que te da la vida, tener fe.