Carlos Olivares Baró

Música Nueva de América

LAS CLAVES

Carlos Olivares Baró*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Olivares Baró
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Escucho en estos días varias grabaciones de música de concierto de tres compositores mexicanos y uno estadounidense nacidos en el siglo XX. Concertino para orquesta, de Héctor Quintanar (México, 1936); Tenochtitlan, de Edgar Omar Rojas Ruiz (México, 1982); Sinfonía No. 2, de Alex Jiménez Ruanova (México, 1979); y Delusions of Charles the Bold, de Daniel J. Knaggs (Estados Unidos, 1983). Sumario de música contemporánea en los parámetros de la Música Nueva de América ejecutada por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) en 2011.

Concertino para orquesta, de Quintanar: despliegue de anuencias sonoras contrastantes en una atmósfera etérea (delicada) y también borrascosa. Cuerdas, alientos y percusiones peregrinan por recodos singulares en una caligrafía de improntas y secuencias tímbricas de procelosa y lenitiva tonalidad orquestal. Redobles percutivos, solos de varios instrumentos (violín, viola, violonchelo...) e irrupción de los metales en exploración azarosa de una melodía que encaja en una vehemente prosodia de constantes variantes temporales/espaciales: mudas y traslaciones suscritas en un código donde la velocidad/frecuencia (rapidez, mesuras, incrementos, vivacidad...) erigen dinámicas de seductora fonética.

Tenochtitlan, de Rojas Ruiz: el percusionista Nieto en sucesiones de ecos prehispánicos: tetzilacatl, concha, maracas, sonaja, tambores, teponaztli y panhuehuetl escoltan a las cuerdas desde un ascendente bordón letánico de fraseos instrumentales. Aparejos percutivos prehispánicos en paralelo con trompetas y castañuelas ibéricas desafiantes. Cuerdas acuosas: solo de violín de gran belleza. Orquestación de incitante colorido. Silencios. Pausas. Obra de mítica exposición: Quetzalcóatl, Tezcatlipoca, reinado de Tenochtitlan, Hernán Cortés, águilas, jaguares, fuego, flechas... / Beltrán Zavala y Nieto glosan con eficacia el complejo cosmos sonoro de la partitura de Rojas Ruiz.

Exposición de variados colores acompasados de la percusión prehispánica. Nieto hace gala del sentido de la euritmia con maestría. Sugestivos los contrastes logrados entre lo hispano y lo azteca en un encuentro que da como resultado un mestizaje de gran riqueza sonora. Sinfonía No. 2, de Jiménez Ruanova: la OFCM afronta las conformidades de una obra orquestal de propuesta gótica y sutiles apuntes jazzísticos. Percusiones en enunciaciones sincopadas, arpa de columpiado pulso. Varios solos de piano en clústeres de notas contiguas y recreación frondosa de marchas y danzas de figura neobarroca. Propuesta cercana a Stravinski, Pierre Boulez y Anton Webern. Breve sinfonía de Jiménez Ruanova: texturas experimentales arropadas en un neorromanticismo desde escritura armónica tradicional en incuestionables guiños pendereckianos.

Delusions of Charles the Bold, de Knaggs: consumación de fusiones en el que los retumbos de flautas, clarinetes y trompetas juegan un papel fundamental. La OFCM formaliza los bordados locuaces de una obra de pompas y, asimismo, delicados tonos neoclásicos. Ciertos bosquejos folclóricos y litúrgicos se asoman cabalgando sobre las concordias en la ejecución de este breve poema concertino que la OFCM acota con eficaz ánimo a través de sigilosa conformidad instrumental.

México Sinfónico
México Sinfónico
México Sinfónico
  • Artista: Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México
  • Género: Orquestal
  • Sello: Impro