Daniel Alonso

Tormento interno

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Septiembre es un mes que le llega al corazón a todos los mexicanos. Son las fechas que conmemoran el inicio de la lucha por la Independencia de nuestro país y todos los hogares vestirán de manteles verde, blanco y rojo para darle paso a nuestra gastronomía que enamora a propios y extraños.

En este marco de nacionalismo, para nuestra liga de futbol, el 10 de septiembre del 2022 podría ser recordado como el día del portero mexicano goleador.

Si suele verse muy rara vez, era casi imposible que sucediera el mismo día, en la misma liga, ambos mexicanos y todo fue posible gracias a Carlos Acevedo, portero de Santos, y a Julio González, guardameta de los Pumas. Ambos jugadores consiguieron rescatar un punto in extremis. Eso sí, los escenarios fueron totalmente opuestos. El gol mediante una espectacular y valiente palomita de Acevedo no pudo atestiguarse por la afición en Querétaro, ya que continúan pagando la deuda moral por lo hechos violentos que todo el mundo conoce del torneo pasado.

Pero más allá de que la anotación quedó en la intimidad de los principales actores, el tanto conseguido llega en el mejor momento para Acevedo, que busca el impulso final para colarse en la lista final de Gerardo Martino rumbo a Qatar 2022. Con un estilo peculiar, loco, rebelde, con inspiración del portero animado Richard Tex-Tex de los Súper Campeones, Carlos Acevedo continúa ese legado de guardametas irreverentes de épocas pasadas y que también lograron hacer goles, porque no era suficiente robarles la gloria a los delanteros, aquellos porteros también querían vestir la capa de goleadores.

Probablemente Acevedo es el portero que ha figurado en las convocatorias que menos opciones tiene actualmente, delante de él está Rodolfo Cota, del Pachuca, y Jonathan Orozco, de Xolos, pero una vez que comience el nuevo ciclo tras la justa mundialista, ya sin Gerardo Martino al frente, apostaría como favorito para apropiarse del marco tricolor al hoy guardavallas del Santos.

Julio González, meta de Pumas, fue el otro héroe del sábado pasado. El lado opuesto a Querétaro fue el ambiente digno de liguilla, que incluyó un mosaico intimidante por parte de la porra del Toluca. En medio de un partido de ida y vuelta, los locales estaban a segundos de llevarse el botín completo a costa de los Universitarios. Irónicamente un error grosero de Julio que dejó escapar la pelota fue la llave para la voltereta de los Diablos.

El rostro del portero de Pumas lo decía todo. Vergüenza, impotencia y tener que soportar los reclamos de la afición que cada vez son más fuertes y exigen que la titularidad sea para Gil Alcalá. Un tal Lev Yashin decía, “los goles sufridos acechan siempre. Uno no recuerda los que salvó, sino los que le metieron. El arquero que no tenga ese tormento interno no tiene futuro”. Y fue precisamente ese sentimiento de culpa el que lanzó a González a rematar ese balón en la última jugada del partido.

Con drama absoluto, esta vez el futbol le dio una revancha inmediata a Julio, con ello matizó inmediatamente el error e hizo estallar a la afición puma que hizo mucho ruido durante los 90 minutos. Oportunidades como ésta no suelen ocurrir muy a menudo, por el bien de la carrera de Julio que se encuentra en el momento clímax, ojalá la aproveche al máximo.