El Duende

El funcionario consentido

DESDE LAS CLOACAS

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El estreno de la segunda temporada de videoescándalos de la vida política del país opacó una semana que podría calificarse de ensueño para el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo.

Además del megaespectáculo en el que se ha convertido el caso Lozoya y que podría leerse como resultado de las investigaciones que ha hecho desde la UIF, esta semana el queretano se anotó otro hit al lograr que se congelaran las cuentas de dirigentes de la oscura organización Antorcha Campesina.

Y como en la política no existen las coincidencias, al Presidente Andrés Manuel López Obrador le ha dado por placear a su funcionario consentido, el que le está enmarcando con letras de oro su prometida lucha contra la corrupción. Lo mismo lo lleva a reuniones con gobernadores de los pueblos yaquis que a la Conferencia Nacional de Gobernadores.

Y más significativo aún es que lo tuviera junto a él el miércoles pasado, en su visita a Querétaro. Y es que al interior del gabinete Nieto Castillo suena fuerte para ser candidato a la gubernatura de su tierra natal, un estado donde Morena apenas vislumbra la luz del día.

Pero no será el Presidente quien se lo pida. Santiago Nieto sabe que tendrá que definir en los próximos meses entre seguir persiguiendo el dinero ilícito o lanzarse a la conquista de sus terruños, caso similar al del secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo.

Eso sí, antes Nieto Castillo tendrá que pasar una prueba de fuego: la de investigar de forma rigurosa, el caso del hermano incómodo del Presidente.

En el baúl. El meteórico ascenso de David León Romero se ha topado con pared tras la publicación de los videos en los que se le ve entregando dinero en efectivo al hermano del Presidente.

León Romero fue uno de los beneficiados de la relación entre Manuel Velasco, exgobernador de Chiapas, y el entonces candidato a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador. Tras iniciar el gobierno en diciembre de 2018, estuvo bajo las órdenes de César Yáñez, exvocero del tabasqueño, y luego pasó a formar parte del equipo del secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, pero “uno de los mejores funcionarios del gobierno”, como lo llamó el propio Ejecutivo, tenía la música por dentro.

Fuentes al interior del Gobierno me aseguran que el inquilino de Palacio Nacional no tendría ningún problema con el exasesor de Manuel Velasco si sólo se tratara de los apoyos a Morena, el problema —y que no le perdonarán— es haberse grabado entregando estos recursos en efectivo. ¿Acaso jugaba con dos cachuchas? ¿Para qué necesitaba grabarse entregándole dinero al hermano de AMLO? Huele a traición.