Gabriel Morales Sod

La mafia israelí

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales Sod
Por:

Hace algunos días, Eyal Berkovic, uno de los presentadores más famosos de la televisión israelí, entrenador de futbol y hombre de derecha, llamó al Likud, el partido del primer ministro Netanyahu, organización criminal.

El apodo es una alusión a la corrupción despiadada con la que el partido en el poder se comporta en estos días, amenazando y atacando a jueces, procuradores y medios de comunicación, cambiando leyes y regulaciones e impidiendo el nombramiento de un nuevo procurador y un nuevo jefe de la policía. Todo esto en un intento por deslegitimar el juicio por corrupción al que se enfrentará el primer ministro a principios del próximo año. En medio de la pandemia, el primer ministro y sus allegados tienen un solo objetivo, salvar a Netanyahu de la cárcel, cueste lo que cueste.

La respuesta del primer ministro no tardó en llegar. En transmisión en vivo, la ministra de Transporte, Miri Regev, una de las más cercanas a Netanyahu, amenazó a Berkovic declarando que mientras ella esté en el poder utilizará todos los recursos a su alcance para impedir que Berkovic se convierta en el entrenador del equipo nacional. Regev hizo precisamente lo que Berkovic señaló, comportarse como una organización criminal, amenazando con usar el poder del Estado para cerrar la boca de periodistas incómodos.

Desde hace ya un par de años, cuando empezaron las investigaciones en contra de Netanyahu, el primer ministro y su partido han tratado de coartar las investigaciones a todo costo. Cuando Netanyahu convocó a nuevas elecciones, hace un año y medio, el objetivo era uno solo, conseguir la mayoría en el Congreso para aprobar una ley que lo protegiera de ser enjuiciado siempre y cuando estuviera en el poder. Sin embargo, los electores no le otorgaron a Netanyahu su deseada victoria y Bibi, entonces, tuvo que buscar su salvación por otros medios.

Han sido meses terribles para la sociedad israelí, que ha visto cómo el primer ministro incita al odio, utiliza a los servicios secretos para obtener información de sus rivales, rompe las cláusulas de la coalición que el mismo propuso y trata de deslegitimar el poder judicial. Sin embargo, nada de eso le ha traído los resultados deseados. Esto fue precisamente a lo que Berkovic se refirió cuando apodó a su partido una organización criminal. Todos conocemos lo que pasa con organizaciones criminales cuando se les persigue. Acorraladas, estas organizaciones utilizan todos sus recursos para sobrevivir. La locura ha llegado a tal grado que ministros, en lugar de ocuparse de atacar al virus que decima al país, amenazan en vivo a periodistas. Sin embargo, todos sabemos también que a todas las organizaciones criminales les llega su fin; que después de varios fracasos comienzan a tener errores. El final es casi certero, pero el camino será aún más rocoso e inverosímil de lo que hemos visto.