Hector Badillo

México y España hermanados por la corrupción

DESDE EUROPA

Hector Badillo
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Conforme avanzan las investigaciones por corrupción en las altas esferas del gobierno mexicano cada vez resulta más evidente el protagonismo de empresas españolas que aprovecharon la podredumbre y abuso del sistema político en el país para su beneficio económico. Ya lo decía el presidente Andrés Manuel López Obrador que durante los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto se favoreció a las españolas OHL, Repsol e Iberdrola con contratos leoninos que servían para enriquecer los bolsillos de políticos mexicanos y empresas extranjeras. Las industrias eléctrica, petrolera y de construcción han sido los negocios manchados por la corrupción y el abuso en esta relación entre España y México. 

En la investigación de esos contratos irregulares otorgados por el gobierno mexicano a empresas españolas viajé en 2013 hasta la ciudad de Vigo, en territorio gallego, para indagar sobre la compra que se hizo por órdenes del panista Felipe Calderón en donde Petróleos Mexicanos se comprometía a adquirir unos hoteles flotantes que se producirían en astilleros españoles, en cuya operación la paraestatal mexicana adquiriría el 51 por ciento de las acciones del astillero Hijos de J Barreras que se encontraba en ese momento en una severa crisis financiera. Se trató de un “favor” que el expresidente hiciera a los gallegos a petición de quien fuera el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, quien murió en un extraño accidente aéreo en 2008. De esos arreglos abajo de la mesa no se supo más por la muerte de Mouriño. 

También durante el gobierno de Felipe Calderón las españolas Repsol e Iberdrola recibieron contratos del sector energético por cifras millonarias en perjuicio de las finanzas del gobierno mexicano. Tan común eran las prácticas de corrupción de Iberdrola que en España se iniciaron investigaciones por sobornos millonarios a funcionarios del Partido Popular, involucrados en la concesión de contratos de construcción en infraestructura eólica y eléctrica.

 En el gobierno del priista Enrique Peña Nieto continuaron estas prácticas corruptas que ahora se ventilan por la detención del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, quien ha denunciado una estructura perfecta de sobornos a funcionarios a cambio de contratos. En el caso de OHL, el presidente López Obrador aseguró que durante el sexenio de Peña Nieto se benefició a la empresa constructora española con obras públicas en concursos previamente arreglados para que la empresa extranjera fuera la ganadora. 

Supuestamente esos contratos se entregaron a cambio de apoyos económicos para financiar las campañas electorales del PRI, con un modus operandi similar a la empresa brasileña Odebrecht en territorio mexicano. 

Algo parecido sucede en España, en donde el rey emérito Juan Carlos I tuvo que huir por una investigación en su contra por lavado de dinero. El exmandatario fue pieza clave para cabildear los contratos irregulares que OHL obtuvo en México y ahora se investiga desde Suiza su participación en una operación inmobiliaria irregular en Cancún, en donde el rey habría recibido como pago por sus gestiones 5 millones de dólares.

La corrupción es un mal que no sólo infesta a nuestro país, se reparte en todo el mundo y corrompe a cualquier nivel y en cualquier nación.