Josefina Vázquez Mota

Llegó la hora

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Josefina Vázquez Mota
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Estamos a menos de un año de la elección del 2 de junio de 2024, y ello significa que estamos a buen tiempo de comenzar a analizar y meditar cuál es el futuro que queremos para nuestro querido México.

Se han comenzado a escuchar nombres; en los medios de comunicación nos han detallado el perfil de éstos, su biografía y sus aspiraciones, por lo que ha llegado la hora de estar atentos para poder tomar una decisión, pero, sobre todo, para participar en el proceso electoral del año entrante, que, de acuerdo a las reglas oficiales, arrancará en septiembre.

Algunos, como es su costumbre, han empezado violando la ley al realizar precampañas fuera de los tiempos electorales, eso lector y lectora, es una muestra de que, para ellos vulnerar las normas y la Constitución, será una característica del régimen que pretenden implementar si se mantienen en el gobierno.

Es verdad que no existe el candidato perfecto, pero lo que sí es cierto es que existien perfiles con una visión distinta de los que ahora nos gobiernan, alguien que no haga del odio y la venganza sus instrumentos principales para gobernar.

Ha llegado la hora de tomar pluma y papel, y de comenzar a escribir los pros y los contras de quienes aspiran a gobernarnos, porque sólo así podremos votar con conciencia y conocimiento.

El domingo 2 de junio de 2024, de acuerdo al listado nominal, se estima que más de 95 millones de mexicanos acudamos a las urnas para elegir al nuevo Presidente, para renovar la Cámara de Diputados y el Senado; además de que, en Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México, Veracruz, Yucatán, Chiapas, Morelos, Puebla y Tabasco, se elegirá nuevo gobernador o gobernadora.

Parece que aún falta mucho, pero la realidad es que ya estamos sumergidos en el proceso electoral, y hoy como nunca debemos acudir a las urnas, no sólo para hacer valer nuestro derecho, sino también, para cerrarle el paso al abstencionismo.

Porque si hay un verdadero rival a vencer es el abstencionismo, pues si bien cada seis año la participación ciudadana ha mejorado, aún es insuficiente, ya que diversos estudios señalan que apenas la mitad de la lista nominal son los que salen a votar.

Un análisis realizado por Coparmex sostiene que si el abstencionismo fuese un partido político sería el más ganador y arrasaría, ya que en el 87 por ciento de las casillas son más los que no votan que los que sí, pues en 18 años, la participación apenas ha pasado de 41 a 51 por ciento.

No vayamos lejos, en el pasado proceso electoral en el Estado de México y en Coahuila, participaron el 50 por ciento del electorado en cada entidad, lo que significa que se mantiene una baja participación ciudadana.

Es imprescindible señalar que los procesos electorales y nuestro voto son pilares fundamentales en las democracias, y que sólo participando podremos perfeccionar nuestro sistema democrático, ya que los ciudadanos son los actores principales en una contienda electoral.

No votar o anular el voto es dejar que otros decidan por nosotros, pero no sólo eso, es no cumplir con una de nuestras obligaciones ciudadanas. Nuestro voto es la herramienta de cambio.