¿A usted también le da vergüenza Gobernador Alfaro?…

GENTE COMO UNO

MÓNICA GARZA
MÓNICA GARZA
Por:
  • Mónica Garza

Cuadros negros inundaron las redes sociales y los mensajes de indignación fueron la tendencia varios días en esta semana. “Las vidas negras importan”, fue la frase repetida miles de veces luego de la muerte de George Floyd en Minneapolis, Estados Unidos.

8 minutos y 46 segundos de una rodilla del oficial sobre el cuello del afroamericano bastaron para terminar con su vida y comenzar una nueva revolución en muchas calles del mundo.

Otra vez el uso excesivo de la fuerza… otra vez el racismo…

“Es importante poner sobre la mesa que este tipo de situaciones también pasan en México” expresó en un comunicado el colectivo mexicano Huella Negra —dedicado a visibilizar a la comunidad afrodescendiente en nuestro país— señalando que esta realidad en México no es muy distinta, incluso puede ser peor.

El miércoles pasado circuló en Twitter el video sobre la violenta y arbitraria detención de Giovanni López (ocurrida el 4 de mayo) en un municipio de Jalisco, supuestamente por no portar cubrebocas.

La revelación desató en la sociedad —ya harta y cada vez más indignada— más violencia en las calles y en las redes sociales; y el inevitable parque político de quien no pierde la oportunidad de subirse a la rueda de la fortuna…

El hermano de Giovanni López narró en un video, que fue un día después de la aprehensión violenta de su hermano —y luego de muchas justificaciones de las autoridades— que le fue entregado a la familia el cuerpo sin vida de Giovanni, con visibles huellas de tortura y un balazo en la pierna.

Ni la fecha y hora correctas de la muerte fueron asentadas en el acta de defunción, pero lo que sí recibió en tiempo y forma fue una amenaza de muerte, si osaba circular los videos en Internet.

Un mes pasó de este hecho en el que no pasó nada, hasta que se hizo viral, entonces Eduardo Cervantes, presidente municipal de Ixtlahuacán, en un comunicado se apuró a advertir que no daría detalles para no “entorpecer la investigación”, pero confirmó la muerte de Giovanni mientras estaba bajo custodia policial y durante su traslado al Hospital Civil de Guadalajara. Sin más detalles.

Manifestantes marchan en Guadalajara, Jalisco, para exigir justicia para Giovanni López, el pasado 4 de junio.
Manifestantes marchan en Guadalajara, Jalisco, para exigir justicia para Giovanni López, el pasado 4 de junio.Foto: Cuartoscuro

El mismo día en conferencia de prensa, la Fiscalía de Justicia de Jalisco aceptó —porque no les quedó de otra— la muerte de Giovanni por “lesiones que por su naturaleza llevan a una gravedad extrema que puede propiciar la muerte”.

Se afirmó que los policías investigados tienen más de una carpeta de investigación abierta por los hechos, pero increíblemente no fueron suspendidos desde el primer momento. Los policías sospechosos de un asesinato quedaron libres.

“Si el alcalde no los ha separado de su cargo sus razones tendrá”, dijo a la prensa en un primer momento Gerardo Octavio Solís Gómez, fiscal de Jalisco.

Pero ¿qué razones podían mantener a un sospechoso de asesinato cumpliendo funciones de policía y con semejante video circulando ante la opinión pública? ¿Cómo es que después de un mes no había un solo detenido, ni una explicación clara de lo ocurrido aquel 4 de mayo?

“Puede parecer un plazo demasiado largo quizás pero es el MP quien determina en un momento dado cuando ya tiene suficientes elementos para tomar una decisión” dijo en aquel momento…

¿No había suficientes elementos?… Nada justifica el abuso policial que lleve a un hombre a la muerte y ése es un elemento suficiente…

Insisten en que el cubrebocas no fue la razón de la detención, pero desafortunadamente no se puede pasar por alto que el pasado 19 de abril, Enrique Alfaro mediante un acuerdo facultó a la fuerza pública para cumplir con las medidas de emergencia contra el COVID 19, como el uso obligatorio del cubrebocas.

De inmediato organizaciones civiles como el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo se pronunciaron contra el decreto que carecía de criterios y reglas de sanción y actuación respecto al proceder de las y los agentes, así como de otras autoridades en el estado.

Se advirtió que las medidas podían resultar violatorias a los Derechos Humanos, ocasionar abuso de autoridad, detenciones arbitrarias, extorsión, uso excesivo de la fuerza, actos de discriminación, tortura y/o desaparición forzada. Y una vez más, tuvieron razón.

No nos tenemos que ir hasta Minnea-

polis, aquí también se muere gente injustificadamente a manos de policías, nada más que aquí el “trámite” de la justicia se lleva mucho más tiempo, estirando el estambre para tejer una red más resistente de complicidades e impunidad…