Montserrat Salomón

Irán no se doblega

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las tensiones entre Irán y la Unión Europea van en aumento. Mientras en el frente de guerra en Ucrania se especula sobre la venta de armas y drones de parte del gobierno iraní al ejército ruso, las protestas contra el gobierno tras la muerte en custodia de Mahsa Amini no cesan.

Amini murió luego de ser arrestada por la policía de la moral por portar mal el velo, según la ley islámica. A partir de ahí las protestas no han parado; los arrestos, juicios cuestionables e incluso ejecuciones han echado leña al fuego. Este lunes se llevó a cabo la ejecución pública de un manifestante juzgado y sentenciado en menos de un mes, acusado de atacar y matar a miembros de los cuerpos de seguridad y de estar “enemistado” con Dios.

Mientras tanto, la Unión Europea se plantea aprobar una tercera ronda de sanciones contra Irán. La razón de esto es una mezcla de un reclamo por las violaciones a los derechos humanos de los manifestantes y, la razón más poderosa, el apoyo con armamento a Rusia. Irán no niega que sus armas estén en poder de Moscú, pero afirma que la venta de las mismas fue anterior al inicio de la guerra con Ucrania, en febrero del presente año. Sin embargo, la presión pública por el caso Amini y las señales poco claras del gobierno iraní han animado a la alianza europea a aumentar las sanciones y exigir claridad en las acciones futuras.

Irán no es un gobierno que se deje amedrentar. La ejecución de este lunes es un ejemplo claro de lo anterior. El cuerpo de Majid Reza Rahnavard, de 23 años, colgado de una grúa en plena calle es testigo de ello. Fue arrestado el 19 de noviembre y condenado a muerte tan sólo diez días después, en las circunstancias más oscuras. Claramente se trata de una estrategia autoritaria para amedrentar a la población y mostrar que la presión internacional poco puede hacer ante la decisión del gobierno de imponer el orden en las calles.

Si bien la comunidad internacional está más movilizada por el asunto de las armas en apoyo a Rusia, no debe dejarse de lado la violación flagrante a los derechos humanos que se está dando de forma cotidiana en el país. Hay cientos de manifestantes detenidos de los que poco o nada se sabe. Los juicios y las condenas se están dando sin que medie un proceso medianamente transparente. Las ONG temen que las ejecuciones continúen, sostenidas en confesiones obtenidas con base en tortura.

Irán había anunciado que cesarían las actividades de la policía de la moral. Sin embargo, todo parece que ha sido un montaje para disfrazar las mismas acciones autoritarias y lacerantes de un gobierno que ha perdido toda legitimidad. La comunidad internacional no debería soslayar estos hechos a la hora de imponer sanciones y exigir cambios. Sería sumarse a la injusticia.