Kayla Fustamante cuenta a través de su cuenta de TikTok, que trabajaba en el turno de la noche en un restaurante local de Boston cuando sintió por primera vez un dolor paralizante en el abdomen.
El hecho ocurrió en agosto de 2016, cuando ella tenía 22 años, menciona que estaba a punto de graduarse de la universidad, comenzó a buscar en Google sus síntomas en la trastienda y asumió que solo debía tener cálculos renales.
En ese momento, Kayla pensaba en ir directo a la cama y dormir para aliviar el dolor, pero una amiga la convenció de ir al hospital, ya que "nunca la había visto" con tanta agonía antes.
Sin habitaciones disponibles, Kayla fue colocada en una cama en un pasillo, y una investigación inicial hizo que los médicos pensaran que tenía un quiste ovárico reventado, por lo que las enfermeras ordenaron una ecografía.
Kayla recordó que le preguntó a la enfermera lo que había visto en la ecografía y ella le dijo que no podía decirle. "En ese momento pensé que probablemente me estaba muriendo".
Después de que la llevaran de vuelta al pasillo, un médico apareció a su lado y le dijo que estaba de parto y que el bebé iba a nacer momentáneamente. Fustamante comenta: "Todo el color se escurrió de mi cara… No tenía idea de que estaba embarazada".
En tan sólo 12 minutos, Kayla dio a luz a una niña saludable, para sorpresa total de su familia. "Sólo estaba llamando a mi madre y todos les decían: no son cálculos renales, es un NIÑO”, dijo la mujer. "La mejor llamada que recibí fue de mi papá, me dijo que me amaría sin importar nada y que resolveríamos esto juntos".
Tres meses antes, Kayla se había separado del padre de su hija y sabía que él ya tenía una nueva novia. Dos días después del nacimiento de su bebé, ella le informó de la noticia por mensaje de texto y sorprendentemente, la pequeña volvió a unir a la pareja y ahora están casados, esperando su segundo hijo.
Pero, ¿por qué la entonces joven de 22 años no sabía que estaba embarazada? Al parecer, ella ha tenido períodos irregulares anteriormente como resultado de un síndrome de ovario poliquístico. "A veces sería normal para mí pasar un año sin tener un período", comenta.
A principios de 2016, el médico de Kayla le había recetado un nuevo método anticonceptivo, por lo que ella atribuyó su aumento de peso a esto, al pan de ajo y la pasta que comía en su trabajo de medio tiempo en un restaurante italiano.