La vergüenza del VAR y de la selección, y la nueva rivalidad de Fórmula uno

DE VICTORIAS Y DERROTAS

Alfredo Castillo*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Alfredo Castillo
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Para Octavio El Pollo Lara y su hermosa familia.

Cuando la tecnología llegó al deporte, específicamente al futbol, los aficionados pensaron que con el VAR los errores arbitrales habían llegado a su fín. Lo que nadie vio fue que transitamos del error humano a la manipulación del resultado a través del uso pernicioso y a conveniencia del VAR.

Lo sucedido en el partido entre Alemania y Dinamarca en los octavos de final de la Eurocopa 2024 es un buen ejemplo de ello. Si Alemania ha metido el gol que hizo Dinamarca, ni siquiera se hubiera revisado el gol, y en el extremo de haberse revisado, jamás se hubiera anulado por decir que estaba adelantado por la punta de un zapato. Pero Alemania no se podía quedar fuera en octavos de la Eurocopa de la cual es sede, y había que encontrar un motivo para anular ese gol.

En la Copa América, todos sabemos que México nunca ha sido bien visto por la Conmebol porque nuestro país no representa un voto para esta Confederación. En el partido de México contra Ecuador, en tiempo de compensación un balón tocó la mano del jugador ecuatoriano que representaba un penal, pero el árbitro ni se interesó en revisarla. Cuando después marcó un penal en favor de México, las autoridades del VAR no dudaron en revertir la decisión.

El VAR sólo va a modificar una decisión arbitral, o a inventarse una que nadie haya visto, cuando este cambio represente un beneficio a los intereses económicos o comerciales de los dueños del balón. Nunca, jamás, ni por asomo, se le hubiera anulado el gol a Alemanía por la quinta parte de un zapato, y tampoco se revertirá una decisión como la de México si esto evita una final Brasil contra Argentina.

Por lo que hace a la Selección Mexicana, más allá de estas decisiones controversiales del VAR, México ha tocado fondo. ¿Cuándo habríamos pensado que contra Jamaica, Venezuela y Ecuador, la Selección Mexicana únicamente habría podido meter un gol en los tres partidos?

Algunos dirán que se tiene que ir Jimmy Lozano, otros dirán que es sólo un sacrificio que no resuelve el tema de fondo. En lo personal creo que uno no excluye a lo otro. Dentro de la transformación radical que se requiere en el futbol mexicano, se necesita otro técnico para la selección mayor.

Se dirá lo mismo de siempre, que no se apoya a los jóvenes, que hay muchos extranjeros, que los patrocinadores y dueños del balón obligan a convocar a determinados jugadores, que el futbolista mexicano vive en una zona de confort, que deberíamos tener descenso, bla bla bla. Lo cierto es que todas estas decisiones nunca se tomaron con el propósito de afectar al futbol mexicano, sino que se llevaron a cabo para hacer rentable un deporte que hoy antes que nada es visto como un negocio.

Es obvio que sería mejor un José Mourihno o un Marcelo Bielsa, pero alguien de ese nivel no está dispuesto a ser la marioneta de un grupo de hombres de “pantalón largo” que verían a este técnico como un empleado más sujeto a sus propias decisiones o caprichos.

Al final del camino, el futbol sólo evidencia lo que sucede en la mayoría de las organizaciones que buscan el poder económico o político por encima del bien común: encontrar culpables en todos menos en ellos mismos.

VERSTAPPEN Y NORRIS: LA NUEVA RIVALIDAD. Este fin de semana se vivió el primer choque entre dos punteros que les costó a ambos el pódium en el Gran Premio de Austria. Desde aquellas colisiones entre Verstappen y Hamilton de 2021 la Fórmula Uno no había tenido algo como lo que sucedió este domingo. Ni siquiera cuando Leclerc tuvo coche en las primeras carreras del 2022 pasó algo así. Hoy Checo puede estar tranquilo que su conflicto con Max no fue personal, si Verstappen no tuvo la más mínima contemplación en hacer abandonar a Norris de la carrera no obstante que decía ser su mejor amigo, que le puede esperar a los demás.

Verstappen, como Senna o Schumacher en su momento, es un animal del volante que no le importa destrozar a quien se le cruce en su camino. Podría tener 99 victorias y se jugaría la vida por la 100, sin importar que para el otro podría ser la única en su carrera, así fuera su mejor amigo, hermano o compañero de escudería.

Sin duda era lo que estaban esperando los aficionados a la Fórmula Uno, y tarde pero llegó. Hoy hasta los que no eran fanáticos de Norris y de McLaren se han hecho, por el simple hecho de ver perder a Verstappen. Y aunque Max no abandonó y terminó quinto, se ve que prefiere eso a dejarse rebasar por otro piloto.

Por lo que hace a Checo Pérez, cada vez es más notorio que se está quedando en el octavo lugar de las cuatro escuderías dominantes de la Fórmula Uno y eso no es bueno ni para el mexicano ni para Red Bull. Algunos dicen que para Red Bull es más importante el campeonato de pilotos que el de constructores. Lo que si parece ser una realidad es que se va a definir primero el de pilotos que el de escuderías, el cual como se está viendo se va a ir hasta el final de la temporada.

DJOKOVIC EN WIMBLEDON. Se necesita un físico como el de Novak Djokovic para recuperarse de una operación de meñiscos en la rodilla y estar listo para jugar Wimbledon tan sólo un mes después de su intervención quirúrgica. Y aunque no parte como el gran favorito, será el rival a vencer. Posiblemente el no sentir esa obligación de tener que ganar el torneo, le permita jugar más relajado. Lamentablemente el posible enfrentamiento de Sinner contra Alcaraz no se daría en la final sino en semifinales. En la llave de abajo, Djokovic tiene un draw mucho más cómodo que el italiano por lo que se espera que de menos pueda llegar a cuartos de final sin mayor problema.