Nombramientos importantes

CARTAS POLÍTICAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Claudia Sheinbaum terminó de nombrar su gabinete legal y continuará durante estas semanas anunciando al resto de su gabinete ampliado.

Dentro de los recientes anuncios, la continuidad de Marath Bolaños dentro de la Secretaría del Trabajo y de Zoé Robledo al frente del IMSS resalta por la importancia de los proyectos a su cargo. 

STPS: Marath Bolaños encabezará una de las secretarías más importantes, además de la Secretaría de Economía y Secretaría de Hacienda, en la relación de la administración de Claudia Sheinbaum con el sector privado. El Gobierno de López Obrador colocó las reformas laborales en el centro de sus esfuerzos. En este ámbito empujó reformas a la ley de pensiones, promovió una reforma de vacaciones dignas, aunque esa agenda fue impulsada principalmente por Movimiento Ciudadano; incrementó sostenidamente el salario mínimo, reguló y limitó el outsourcing. En el tintero se han quedado otras reformas como el incremento del aguinaldo, permisos de paternidad y la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. 

En suma, estos cambios han modificado y ampliado las prestaciones laborales con la finalidad de mejorar los ingresos y las condiciones de los trabajadores mexicanos, lo cual ha sido una labor encomiable, justa y necesaria. No obstante, esta agenda conlleva un incremento fuerte en el costo de las nóminas que modifica los márgenes de ganancia y los respectivos efectos en inversión y recaudación y, por otra parte, una rigidez del mercado laboral con el riesgo de incrementar la informalidad laboral y también afectar la recaudación. 

En este sentido, la construcción de consensos amplios que permitan continuar con la dignificación del trabajo y la generación de ingresos de la población mexicana, cuidando la sostenibilidad de las empresas para seguir brindando estas oportunidades de ingreso y trabajo, cobran una particular relevancia en un contexto en el que la coyuntura geopolítica por la guerra comercial China-EU y las afectaciones al comercio internacional por el Covid-19, colocan a México en un lugar privilegiado para la inversión y reinversión extranjera. 

IMSS: El anuncio de la continuidad de Zoé Robledo al frente de la Dirección General del IMSS también presenta un reto importante. La experiencia de Zoé Robledo en el Instituto ha sido por lo menos desafiante. Desde el inicio se encontró con un problema de abasto que no ha terminado de resolverse, relacionado con políticas de austeridad, reordenamientos presupuestales y modificaciones al sistema de compras consolidadas y las cadenas de distribución. Poco tiempo después se enfrentó a la mayor crisis sanitaria que ha enfrentado nuestro país, el Covid-19. Por si fuera poco, luego del fracaso del Insabi como institución encargada de proveer salud pública gratuita a la población sin seguridad social, tomó las riendas del reto y durante su gestión se creó una nueva institución conocida como el IMSS-Bienestar. 

El reto es gigantesco porque se trata de proveer servicios de atención médica, quirúrgica, farmacéutica y hospitalaria de calidad, tanto de primer (clínicas), segundo (hospitales) e incluso tercer nivel (alta especialidad) a la población que está fuera de instituciones de seguridad social como el propio IMSS, el ISSSTE, Pemex y otras instituciones. Esta aspiración de contar con un servicio de salud médico público, gratuito y de calidad que permita alcanzar la tan deseada salud universal es a lo que Robledo ha dedicado la mayor parte de sus esfuerzos durante los últimos años del sexenio de López Obrador y algunos rumores indican que pidió dos años más a Claudia Sheinbaum para terminar y consolidar el proyecto. Como en todos los asuntos públicos la lectura tiene dos ópticas. Por una parte, es encomiable la tarea de la universalización de la salud a partir de una institución tan noble como el Instituto Mexicano del Seguro Social y su órgano desconcentrado, el IMSS-Bienestar. Pero, por otra parte, este proyecto significa revertir un proceso de décadas que iba en sentido estrictamente contrario a la centralización de la salud pública en el nivel federal. El proceso de descentralización en secretarías de Salud estatales y la creación del Seguro Popular como un instrumento financiero que permitía cubrir enfermedades catastróficas a la población vulnerable no era perfecto, pero estaba muy lejos de ser un fracaso. Esta reversión al camino de la descentralización y la concentración de facultades en la Federación es un camino que puede tomar más de dos años.