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Paraíso

Foto ilustrativa a "PARAÍSO"Foto: Pexels
Por:

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de

[ ser vivo

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

RUBÉN DARÍO

1

Ser hierba nada más.

Ni siquiera un arbusto.

Sólo hierba.

Hierba tan sólo

en la amplitud del campo.

Planta pequeña y tierna

cuya vida no llega

a un par de primaveras.

Hierba. Tan sólo hierba

que macera el zapato

del que pasa

sin prestarle al camino

la menor importancia.

2

Ni roble ni pirú. Hierba tan sólo.

Hierba del cocimiento de las brujas

para el amor, para la desmemoria,

para el dolor de vientre y

[de estar vivo,

para la angustia de amanecer muerto.

3

Hierba del monte, apenas sensitiva,

maltrecha por los pies o la pezuña.

Hierba que, milagrosa, reverdece

luego de ser tronchada por los dientes

del rumiante que encuentra

el placer que le da la dulce hierba.

4

No un árbol de frondosa llamarada,

de recio tronco y de leñosas ramas.

Ni un guanacaste ni una ceiba altiva.

Hierba tan sólo en su insignificancia.

En medio de la roca y del arbusto,

hierba casi insensible, casi piedra.

5

Hierba del corazón, hierba del sueño,

hierba del gavilán, hierba del zorro,

hierba de San José, hierba del toro,

hierba del perro, hierba de la estrella,

hierba de la mujer, hierba del lobo,

hierba del sapo, hierba del venado,

hierba del diablo, hierba del espanto.

6

Hierba que crece mientras amanece,

hierba para ese mal de quien padece

la tortura infernal del desconsuelo

y no encuentra reposo en

[ningún cielo.

7

Hierba que, sin sentirlo,

se estremece

en el húmedo abrazo

del sereno;

hierba de la alborada,

hierba que nada sabe

y nada espera

bajo el rocío de la madrugada.

8

Hierba pequeña que sufre y retoña

luego de ser herida en su cogollo;

hierba dulce que ignora su dulzura,

amarga hierba que no sabe nada

de la urticaria ni de su amargura.

9

Hierba que crece aun donde

[no hay tierra;

que se alimenta de la luz y el viento;

hierba que sorbe savia de una piedra

y que, a pesar de todo, nada espera.

10

Ser hierba, nada más.

Algo menos incluso que un instante

del instante que somos

en la tierra insensible

en que vivimos.

¡Y no saber adónde vamos

ni de dónde venimos!